El hecho de que la Academia tuviera desde su creación un carácter fundamentalmente docente explica el origen de su colección de estampas, ya que fueron desde el primer momento material didáctico para la formación de los discípulos que pasaron por sus aulas.
El hecho de que la Academia tuviera desde su creación un carácter fundamentalmente docente explica el origen de su colección de estampas, ya que fueron desde el primer momento material didáctico para la formación de los discípulos que pasaron por sus aulas.
Durante la primera mitad del siglo XVIII surgió en España la necesidad de formar buenos grabadores nacionales y para ello se hizo indispensable adquirir estampas extranjeras que sirvieran de material docente. Esto explica que incluso antes de la creación de la Academia, según se recoge en varios documentos de su Archivo, se trajeran de Roma estampas con este propósito, compradas junto con libros y otros papeles por la llamada Junta Preparatoria en 1743.
La compra de estas estampas continuó regularmente a lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII, siendo italiano el origen de buena parte de estas. En el siglo XIX permaneció la adquisición de obra gráfica aunque de forma más controlada, orientándose también hacia el mercado francés, según se recoge en algunos documentos del Archivo y se refleja en la propia colección. Ya durante el siglo XX la adquisición se redujo considerablemente por la Guerra Civil Española, en especial, por la creación de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid en los años sesenta, perdiéndose buena parte del carácter didáctico que hasta entonces había distinguido a la Academia; a esto se añade el cierre de la institución por remodelación interna del edificio durante los años setenta y principio de los ochenta, y el traslado provisional de sus fondos a la Biblioteca Nacional.
Otra fuente de ingreso son las donaciones, principalmente de académicos y artistas que generalmente se habían formado en las aulas de la corporación. Le siguen en importancia los legados, entre los que destaca el que dejó el erudito Valentín de Carderera en 1881.
En la actualidad el crecimiento de la colección es reducido, limitándose en general a donaciones de artistas vinculados a la institución; es el caso de los académicos François Marechal, Álvaro Delgado o Luis Feito, entre otros.
El conjunto más valioso de estampas que posee la Academia, tanto por su volumen como por la calidad de las piezas es la colección Valparaíso que procede de la desamortización de 1836. Fue precisamente Carderera quien recibió la comisión de inspeccionar los bienes eclesiásticos de distintas provincias españolas, entre ellas Zamora. Al llegar al convento de Valparaíso, hoy extinguido, encontró una riquísima colección incompleta de volúmenes encuadernados en pergamino que contenían estampas italianas, alemanas, flamencas, holandesas y francesas principalmente de los siglos XVI y XVII, además de cuatro tomos de dibujos italianos de los mismos siglos. Incautados estos bienes, fueron trasladados a Madrid y depositados en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
La colección está constituida por un lado por los volúmenes de estampas que, agrupadas atendiendo a su escuela, cronología o temática, ingresaron de esta forma en la Biblioteca de la Academia; por otro, por los ejemplares sueltos, a veces presentados en forma de series o colecciones, que fueron engrosando el fondo en distintos momentos.
Lacatalogación informatizada de la Biblioteca se inició en 1993, y en el caso de las estampas, sigue los criterios de las normas para la descripción de materiales gráficos que se incluyen en las Reglas de Catalogación editadas por el Ministerio de Cultura.
Aunque puede decirse a grandes rasgos que la colección de estampas no ha sufrido un deterioro progresivo importante, había obras que precisaban ser restauradas. En 1995 se inició la colaboración del Instituto del Patrimonio Histórico Español (IPHE), hoy día Instituto del Patrimonio Cultural de España, dependiente del Ministerio de Cultura, para restaurar en dicho centro los ejemp más deteriorados. Restauradas en un primer momento las piezas más dañadas, esta colaboración ha continuado en años sucesivos y hasta el momento actual.