Organizado conjuntamente por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y la Academia, este concierto del Máster en Interpretación e Investigación Performativa de Música Española del RCSMM ofrece un itinerario por obras de Falla, Marín, Durón, Boccherini, Liszt, Donostia y Guridi.
Olalla Vargas sopranoAlaia Belunzaran arpa
Jon Wasserman guitarra barroca
Claudia Vicente violonchelo
Jorge Gresa violonchelo
Lourdes Rosales viola
Samara Camino piano
Isabel Hernández piano
Programa
Manuel de Falla (1876-1946)- Siete canciones populares españolas
- I. El paño moruno. II. Seguidilla murciana. III. Asturiana. IV. Canción. V. Polo. VI. Nana. VII. Jota
- [Lourdes Rosales (viola) / Isabel Hernández (piano)]
José Marín (1618-1699)
- Ojos, pues me desdeñáis
- Si quieres dar, Marica, en lo cierto
- [Olalla Vargas (soprano) / Jon Wasserman (guitarra barroca)]
Sebastián Durón (1660-1716)
- Cristal apacible
- [Olalla Vargas (soprano) / Jon Wasserman (guitarra barroca)]
Luigi Boccherini (1743-1805)
- Sonata para violonchelo con bajo continuo G17
- I. Allegro. II. Largo assai. III. Rondo. Allegro
- [Claudia Vicente (violonchelo) / Jorge Gresa (violonchelo)]
Franz Liszt (1811-1886)
- Rapsodia española S.254, R.90
- [Samara Camino (piano)]
José Antonio Donostia (1886-1956)
- Preludios vascos. N.º 14: Irulea (La hilandera)
- [Alaia Belunzaran (arpa)]
Jesús Guridi (1886-1961)
- Viejo Zortzico
- [Alaia Belunzaran (arpa)]
José Marín (1618-1699) fue más hábil músico que delincuente, pues esta segunda ocupación le hizo caer preso y perder tanto sus órdenes religiosas como su empleo de cantor en el monasterio de La Encarnación. Nos ha dejado una magnífica colección de tonos humanos, es decir, de canciones profanas. En ellas se escuchan lejanos ecos de voces populares procedentes de aquel siglo dorado. Siguiendo la estela de la música teatral, este cantante y compositor adoptó la novedosa melodía acompañada al acento español con acierto y frescura. Y recuperó el buen camino tras su etapa criminal. La mirada del amor desdeñoso es el tópico que desarrolla en Ojos pues me desdeñáis, con lastimero fraseo. Si quieres dar, Marica, en lo cierto expresa exigencias amorosas con una vehemencia danzable.
El impresionante óleo que Claudio Coello pinta en 1690 con Carlos II adorando la Sagrada Forma preside la sacristía nueva del monasterio del Escorial. En el centro destaca un órgano positivo que tañe un monje. Justo un año después llega a la corte como organista de la Real Capilla Sebastián Durón (1660-1716); tal vez tañera ese mismo instrumento. Con Felipe V, Durón llegaría a ser el maestro de la Real Capilla y el director del Teatro de la Corte. Fue en la escena donde sale su vena más progresista, adaptando al gusto hispano las modas italianas. Cristal apacible revela ese talento en el uso de discretas vocalizaciones y en el empleo del aria da capo. Procede de la zarzuela Apolo y Dafne, compuesta a medias con Juan de Navas (1647-1719). La desdichada ninfa pide la protección al río Ladón, padre suyo, contra la persecución de un lujurioso Apolo que acabará por desencadenar su metamorfosis.
El infante don Luis fue desterrado de la corte madrileña por amor, al unirse a una plebeya: María Teresa de Vallabriga. Se le ve feliz, rodeado de su familia, en el extraordinario lienzo que Francisco de Goya pinta en 1820, en Arenas de San Pedro. Al fondo aparece el músico Luigi Boccherini (1743-1805) que llegó a España también por amor. Nacido en la Toscana, tras sucesivas estancias en Roma, Bolonia, Milán y París, terminó por afincarse en la capital española donde fue músico del infante don Luis y, más tarde, de Carlos III. Terminó sus días madrileñizado de cuerpo y alma. Consumado violonchelista, nos ha legado excelsas páginas dedicadas a ese instrumento. La Sonata para violonchelo con bajo continuo G17 es ejemplo de la galantería expuesta en un delicioso diálogo musical entre los dos instrumentos.
El gran pianista Franz Liszt (1811-1886) hizo una larga gira por España entre 1844 y 1845. Entre otras cosas, decidió emprender el viaje por la ruptura con su esposa, Marie D’Algoult. Al contrario que lo ocurrido a Boccherini fue, en este caso, el desamor lo que le trajo a España. Una placa en la fachada del actual Museo Thyssen-Bornemisza rememora que en ese palacio ofreció un par de conciertos cuando era sede del Liceo Artístico y Literario. Los recuerdos de aquel viaje le inspiraron, años después, la Rapsodia española, escrita en 1861. En ella emplea motivos de la folía y de la jota aragonesa que definen las dos secciones que identifican la pieza. Este colorido pintoresco ofrece soporte a un despliegue de acrobacias y artificios sobre el teclado.
La música española transciende el casticismo y accede a la modernidad con Manuel de Falla (1876-1946). El compositor gaditano encontró su fórmula magistral para conciliar vanguardismo y raíces patrias. En busca de la renovación acudió a París y allí compuso en 1914, al final de su estancia, las Siete canciones populares españolas. Partió de temas populares con la perspectiva apreciación que otorga la mirada desde el exterior; tal vez con la nostalgia de los cantos que le dedicó su nodriza “La Morilla”. Las canciones de Falla han sido objeto de distintos arreglos para orquesta, guitarra, violín… La versión para viola y piano se debe a Emilio Mateu y Miguel Zanetti. La fuerza de estas siete piezas se conserva más allá del texto.
Tras la Primera Guerra Mundial, el sacerdote, organista y compositor José Antonio Donostia (1886-1956) también acudió a París. Su conexión con la música tradicional es profunda, pues desarrolló una gran tarea como investigador y recolector de canciones populares, muy presentes en su obra. Los Preludios vascos, basados en motivos del folclore, constituyen su primer éxito importante. Compuestos para piano entre 1912 y 1918, trasladan los temas al teclado con claridad. Arropados por acompañamientos que destilan sabiduría y sobriedad, son herederos de la tradición iniciada por Schumann. Suman un total de 21 números y el 14, Irulea (La hilandera), pertenece al tercer cuaderno. El tema justifica el acompañamiento arpegiado y facilita su traslación al arpa.
Jesús Guridi (1886-1961) también armonizó los cantos populares vascos, tanto para coro como para piano, y siempre tuvo presente el folclore en sus composiciones. Sus Diez melodías vascas (1941) para orquesta sinfónica constituyen una de las obras más representativas de la música española de posguerra. En 1960 compuso el Viejo Zortzico para arpa a instancias de la gran arpista Marisa Robles, con quien coincidió en las aulas del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Esta página refleja toda la sensibilidad musical y el arte del maestro vitoriano.
Víctor Pliego de Andrés
Ojos, pues me desdeñáis,
no me miréis,
pues no quiero que logréis
el ver cómo me matáis.
Cese el ceño y el rigor,
ojos, mirad que es locura
arriesgar vuestra hermosura
por hacerme un disfavor.
Si no os corrige el temor
de la gala que os quitáis,
no me miréis,
pues no quiero que logréis,
el ver cómo me matáis.
Y si el mostraros severos
es no más que por matarme
podéis la pena excusarme,
pues moriré de no veros.
Pero si no he de veros
que de mí os compadezcáis,
no me miréis,
pues no quiero que logréis,
el ver cómo me matáis.
II
Si quieres dar Marica en lo cierto,
quiéreme más y dímelo menos.
Si quieres a mi fortuna
coronarla de una vez,
primero lo sientas diez
que me lo confieses una.
Y para no ser alguna
de las comunes del pueblo,
quiéreme más y dímelo menos.
Sábete que mucha gente
que no sabe de sentir
piensa que hablar y decir
es lo mismo que se siente.
Mas yo, que soy inocente,
a mi pretensión me atengo:
quiéreme más y dímelo menos.
Una ley para sentirlo,
para decirlo otra ley,
niña, por vida del rey,
que marea el estribillo.
Ya me canso de decirlo:
si quieres no gastar tiempo,
quiéreme más y dímelo menos.
III
Cristal apacible,
céfiro sutil,
blando ruiseñor,
cándido jazmín,
no cantéis, no, no.
Sí pausáis, sí, sí.
Que vencer la fatiga es razón.
Que triunfar del cansancio es ardid.
Y si es que trináis,
si es que gorjeáis,
y si es que bullís,
así a media voz
calme lo veloz;
dejadme dormir.
Undoso padre mío,Peneo,
cuya margen elegí,
para que a mi cansancio
rinda catres de rosa y alhelí,
dejadme dormir.
En tanto que la siesta
olvida el sol,
pasando hasta el nadir,
a que le sea el golfo
sepulcro de cristal
y azul viril,
dejadme dormir.
En tu apacible orilla,
a quien bordó
de rosas el abril,
pretende mi cuidado
dar principio
al sosiego más feliz,
dejadme dormir.
Máster en Interpretación e Investigación de Música Española
El Máster en Enseñanzas Artísticas en Interpretación e Investigación Performativa de Música Española que ofrece el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid tiene como objetivo el estudio integral de la música culta española, trasmisora del repertorio identificable como español y portadora de sus elementos representativos, abarcando desde el Barroco tardío hasta la actualidad (siglos XVIII al XXI). La investigación performativa dirigida a la interpretación se basa en el conocimiento documentado. Conocer las estructuras musicales que subyacen en el repertorio de música española y desarrollar un espíritu crítico al respecto, influye de manera decisiva en la recreación de la música.Información
- Salón de actos
- Sábado 22 de mayo, 12:00 horas
- Entrada libre y gratuita hasta completar aforo
- Uso obligatorio de mascarilla