La Colección Antonio Correa, adquirida por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para la Calcografía Nacional en 1999, constituye la más importante colección de grabado español reunida por un particular en la segunda mitad del siglo XX. Reunir esta colección no fue tarea fácil, y en la actualidad es ya imposible, tanto por los precios como por la escasez de obras en el mercado.

La Colección está formada por más de 15.000 estampas de grabado español abarcando un periodo cronológico que se extiende desde el siglo XVI al XX, 320 láminas de cobre, más de 150 libros ilustrados con estampas anteriores al siglo XX, una biblioteca especializada en grabado y una importante colección de ex-libris.

En la Colección Antonio Correa se incluyen los más importantes grabadores españoles. Diego de Astor y Pedro Perret en el siglo XVI. Pedro de Villafranca, José de Ribera y los numerosos grabadores extranjeros al servicio de la ilustración del libro español en el siglo XVII. Del XVIII hay una extraordinaria colección de estampas realizadas por los mejores grabadores formados en la Academia de San Fernando, y que pusieron su pericia al servicio de la Ilustración: Manuel Salvador Carmona, Fernando Selma, Joaquín José Fabregat…, por sólo citar las figuras más señaladas. De Goya también coleccionó algunas estampas. Al siglo XIX corresponde una extraordinaria selección de grabadores, muchos de ellos exclusivamente representados con estampas conocidas en esta colección. Destaca el conjunto de aguafortistas. Menos numerosas son las estampas del siglo XX, principalmente centradas en los primeros años del siglo.

La Colección Antonio Correa constituye, desde hace años, un ineludible punto de referencia para el estudio del grabado español. Son numerosas las publicaciones y exposiciones en las que han estado presentes obras de esta colección, tanto cuando se encontraba todavía en manos del coleccionista como desde su llegada a la Calcografía Nacional.

Debido a la forma en que fue organizada la colección por Antonio Correa resulta, en ocasiones, difícil localizar las estampas. La Colección se organiza por temas y tamaños, y dentro de cada tema se sigue un orden alfabético:

  • Vírgenes: cajas 1 a 12.
  • Devociones varias: cajas 13 a 17.                                                                               
  • Miscelánea: cajas 18 a 23.
  • Heráldica: cajas 24 a 26.
  • Ex-libris: cajas 27 a 28.
  • Remates y cabeceras: caja 29.
  • Series: cajas 30 a 39.
  • Retratos: cajas 39 a 61.
  • Portadas: caja 62.
  • Libreros y oficios: caja 63.
  • Tipografías: caja 64.
  • Ilustraciones para libros: cajas 65 a 77.

Biografía de Antonio Correa

Antonio Correa [Manila, 1923 – Comillas, Cantabria, 2008]recogió durante más cincuenta años y de manera sistemática, todas las estampas españolas que fue encontrando en librerías, anticuarios y estamperos de España y Europa. Por su volumen y calidad, se trata de la mayor y más importante colección particular de estampas españolas en el mundo.

Debido al carácter de Antonio Correa, su colección estuvo siempre abierta al investigador, y prueba de ello es que durante muchos años se fueron incrementando las solicitudes de consulta, fotografía y préstamo de estampas. El prestigio alcanzado por esta colección así como el interés de su propietario de ponerla a disposición del mayor número posible de investigadores, motivó su entrega a la Calcografía Nacional para destinarla al estudio, conservación y difusión.

Además de su importancia comparativa en el ámbito de las colecciones de estampas, tiene una relevancia aún mayor si cabe como fuente documental de primer nivel para el estudio de la historia de España. Las estampas, realizadas con distintas técnicas según de los diferentes períodos históricos, han sido hasta la aparición de la fotografía a mediados del siglo XIX, el único sistema de reproducción, transmisión y creación de imágenes múltiples.

Las estampas de devoción, los documentos oficiales, los retratos reales y, sobre todo, las ilustraciones de los libros, eran estampas. Desde las portadas a las ilustraciones científicas, los escudos de los reyes y los nobles a quienes se dedicaban los libros, las ilustraciones de obras literarias, las estampas puramente decorativas y así hasta un largo etcétera, el grabado constituía el único medio multiplicable de imágenes que estuvo al alcance del lector desde el siglo XV hasta mediados del XIX, momento en que aparece combinado con modernos sistemas de reproducción asociados a procedimientos fotomecánicos. Por razones evidentes, las imágenes sobre papel, ya se trate de obras cultas o populares, son el mejor reflejo de la sociedad de su tiempo. La estampa, además de objeto de intrínseco valor artístico, ha pasado a ser considerada una fuente documental de la que es posible extraer información sobre la política, la religión, la sociedad o la cultura de su época. El espíritu filantrópico de Antonio Correa hizo posible la recuperación, conservación y difusión de un extraordinario conjunto de estampas.

Sobre la figura de Antonio Correa, véase José Manuel Matilla,

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