Concierto

Florilegio de músicas dialogantes Música de cámara RCSMM

Los tríos Ananké, Marmasan, Khantengri y Aram y el sexteto Euterpe del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid interpretan obras de Beethoven, Brahms, Mendelssohn, Bartók y Poulenc, como concierto inicial del programa musical conjunto para el año 2022 del Conservatorio y la Academia.

Trío Ananké

Alejandro de las Herasclarinete
Celia Martosviolonchelo
Laura Ballestrinopiano
Profesora, Helena Poggio
 
 

Trío Marmasan

Santiago Alonsoviolín
José Luis Martíneztrompa
Samuel Martínpiano
Profesor, Graham Jackson
 
 

Trío Kanthengri

Nerea Prietoviolín
Ángel Pliegoviolonchelo
Anaís Corredorpiano
Profesor, Graham Jackson
 
 

Trío Aram

Miguel Piñeroclarinete
Bárbara Sánchez Valdepeñasviolín
Nerea Guzmánpiano
Profesor, Francisco José Segovia
 
 

Sexteto Euterpe

Hugo Núñezflauta
María Benitooboe
Manuel Díaz Asensioclarinete
Luis Albalatefagot
Enrique Torralbatrompa
Alonso N. Beltránpiano
Profesora, Cheng-I Chen-Liu
 
 
 

Programa

I. Trío Ananké
 
Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Trío en Si bemol mayor para clarinete, violonchelo y piano, op. 11
  1. 1. Allegro con brio
  2. 2. Adagio
  3. 3. Tema con variazioni. Alegretto
 
 
II. Trío Marmasan
 
Johannes Brahms (1833-1897)
Trío en Mi bemol mayor para trompa, violín y piano, op. 40
  1. 1. Andante
  2. 2. Scherzo: Allegro
 
 
III. Trío Kanthengri
 
Felix Mendelssohn (1809-1847)
Trío en Do menor n. 2, op. 66
  1. 1. Allegro energico e con fuoco
 
 
IV. Trío Aram
 
Béla Bártok (1881-1945)
Contrastes para violín, clarinete y piano, Sz. 111
  1. 1. Verbunkos
  2. 3. Sebes
 
 
V. Sexteto Euterpe
 
Francis Poulenc (1899-1963)
Sexteto para vientos y piano, FP 100
  1. 1. Allegro vivace
 
 
El Trío con piano, opus 11 fue compuesto por Beethoven en 1797 y publicado en Viena al año siguiente. La tonalidad de Si bemol mayor probablemente fue elegida para facilitar los pasajes más rápidos del clarinete, que aún no se había beneficiado del desarrollo de los sistemas de llaves modernos (como el sistema Albert o el sistema Boehm). Beethoven dedicó esta obra a la condesa Maria Wilhelmine von Thun. El Trío también se conoce con el sobrenombre de Gassenhauer Trio debido a que su tercer movimiento contiene nueve variaciones sobre un tema del “dramma giocoso” L'amor marinaro ossia Il corsaro de Joseph Weigl, estrenado en Viena en 1797. El tema empleado, Pria ch'io l'impegno, era tan popular que podía escucharse en muchas de las callejuelas de Viena. Gassenhauer quiere decir canción callejera que las gentes silban o cantan mientras pasean sin conocer su origen. Otros muchos compositores también emplearon esta melodía.

El Trío para trompa, opus 40, de Johannes Brahms fue compuesto en 1865, en homenaje a la madre de Brahms fallecida ese mismo año. Sin embargo, el tema lo había escrito doce años antes, sin publicarlo. Brahms decidió utilizar la trompa natural en vez de la trompa de válvulas, aunque ésta era cada vez más común. El timbre de la trompa natural es más sombrío y melancólico que el de la trompa de válvulas y presenta un carácter muy diferente. Los músicos y aficionados del siglo XIX asociaban el sonido de la trompa natural a la naturaleza y las cacerías. Brahms afirmó que el tema inicial del primer movimiento se le ocurrió mientras caminaba entre los árboles. Además, el compositor estudió trompa natural, al igual que piano y violonchelo, lo que podría ser otra razón que explicaría por qué eligió componer para estos instrumentos tras la muerte de su madre.

El Trío con piano, opus 66 fue compuesto por Mendelssohn en 1845 para un trío de piano estándar formado por violín, violonchelo y piano. Mendelssohn dedicó la obra a su amigo el violinista Louis Spohr, que interpretó la pieza con el compositor al menos una vez. El primer movimiento comienza con una textura tormentosa construida sobre arpegios en las tres voces, que evocan la obertura de las Hébridas y la Sinfonía escocesa. El tema del primer movimiento cita la Canción sin palabras op. 102, n. 1. Por otro lado, este trío inspiró a Brahms que cita el tema del final en el scherzo de su Sonata para piano n. 3, op. 5. La apertura del primer movimiento es la base para el piano en el final de su Cuarteto con piano n. 3, op. 60.

Contrastes, composición de 1938, fue concebida por Béla Bártok para clarinete, violín y piano. Se basa en bailes húngaros y rumanos. Bartók escribió la obra en respuesta a una carta del violinista Joseph Szigeti, aunque oficialmente fue encargada por el clarinetista Benny Goodman. El primer movimiento comienza con un animado pizzicato de violín y después el clarinete introduce el tema principal que luego es variado. El tema es un ejemplo de verbunkos o danza de reclutamiento, tratado con elementos polimodales. El tercer movimiento es un baile frenético con una scordatura especial para el violín y un llamativo ritmo búlgaro.

Se piensa que Poulenc compuso su Sexteto entre 1931 y 1932, en su mejor etapa como miembro de Les Six. El primer movimiento comienza con unas escalas ascendentes por parte de todos los instrumentos​ antes de dar paso a una enérgica sección inicial con ritmos complejos, matices de jazz y una línea de fondo al piano. La parte central es más lenta y tiene como protagonista al fagot, cuya melodía pasa al resto de instrumentos. La pieza fue estrenada en 1933, con Poulenc al piano, y no fue bien recibida por la crítica conservadora, que la consideró “errante y vulgar”. Una opinión más positiva vino de André George de Les Nouvelles littéraires, quien escribió: “Con Poulenc toda Francia surge de las ventanas que abre”. Poulenc revisó exhaustivamente el Sexteto en 1939 porque no estaba satisfecho. Comentó con la compositora y directora de orquesta Nadia Boulanger que “había ideas buenas, pero que el conjunto estaba mal organizado. Debido a ello era necesario introducir algunos cambios para ganar equilibrio y claridad”.  
El Real Conservatorio Superior de Música de Madrid se dedica desde hace casi doscientos años a la preparación de músicos profesionales de primera categoría. Es un centro público que actualmente pertenece a la Comunidad de Madrid. Se inserta dentro del Espacio Europeo de la Educación Superior y expide títulos de Grado idénticos a los universitarios. El acceso al Conservatorio es muy selectivo y competitivo. Los alumnos reciben una amplia y completa formación técnica que incluye una hora y media de clase individual cada semana. Además, tienen que participar en audiciones y recitales fuera y dentro del centro, que son fundamentales como experiencia humana y artística, como práctica formativa y como puente hacia su futura incorporación al circuito de conciertos profesionales. Las actuaciones del alumnado incluyen recitales como solistas, en orquestas y grandes agrupaciones, así como en conjuntos de música de cámara.

Colaboran regularmente con el Real Conservatorio en estas actividades la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Auditorio Nacional de Música, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo del Prado, la Real Sociedad Matritense de Amigos del País, la Fundación Juan March, CentroCentro Madrid y la Residencia de Estudiantes. Además de compartir y extender la pasión por la música, todas estas actividades (más de cuatrocientas cada curso) sirven para mostrar el trabajo que se realiza en las aulas y someterlo a examen público. Simultáneamente, consolidan los valores que acompañan el quehacer musical como son la creatividad, el talento, la comunicación, la empatía, la cultura del esfuerzo, el sentido de la responsabilidad, el espíritu de autocrítica y el afán constante de superación. La música contribuye a construir una sociedad más armoniosa, culta, avanzada y solidaria.
 

Información

  • Salón de actos
  • Sábado 12 de febrero, 12:00 horas
  • Entrada gratuita. Aforo limitado
  • Acceso por orden de llegada. Se recomienda acudir con suficiente antelación
  • Uso obligatorio de mascarilla

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