El astrofísico David Barrado y el historiador Javier Blas ofrecen la conferencia compartida “Astronomía y arte gráfico: diálogo sobre los dos sistemas máximos”, incluida en el programa “Cultura con C de Cosmos”, organizado por el Centro de Astrobiología del CSIC-INTA, con la participación de la Academia.
El subtítulo de esta comunicación a dos voces alude a los Diálogos sobre los dos sistemas máximos de Galileo, ensayo publicado en Florencia en 1632, una metáfora oportuna para señalar el vínculo entre el desarrollo de la ciencia astronómica durante la Edad Moderna y su más valioso instrumento de divulgación, el libro ilustrado.Los avances científicos y técnicos alcanzaron un progreso extraordinario en Europa desde el Renacimiento, arropados por la imprenta y por la imagen impresa como eficaces vehículos de transmisión de los nuevos conocimientos. El afán de exploración geográfica, auspiciando viajes y expediciones científicas cada vez más ambiciosos, superó los límites continentales para atender al espacio planetario exterior y a los cuerpos celestes, lo que dio lugar a significativos descubrimientos, traducidos en imágenes.
Para amplios sectores sociales, aquellos que no tenían acceso a la lectura, el grabado, debido a su capacidad de obtener imágenes múltiples, resultó un medio idóneo de propagación informativa. Las sociedades europeas se apoyaron en la circulación de imágenes conformando una sólida cultura visual. Las nuevas exigencias de realismo impuestas a la imagen a partir de fines del siglo XV implicaron el desplazamiento de la talla en madera por el grabado en metal o calcográfico. Esos cambios en las funciones y usos de la estampa, condicionados por la transformación de la mirada, provocaron la sustitución de las técnicas tradicionales por nuevos procedimientos de grabado.
Los nuevos modelos de representación dieron lugar en Europa desde el siglo XVI a catálogos estelares cada vez más complejos, con globos y mapas terrestres conectados con ellos, como la proyección de Mercator.
En el caso español, el siglo XVIII representó la edad dorada del grabado a buril en talla dulce, vinculado a la reproducción de pinturas y a la ilustración de tratados científicos y técnicos. Un ejemplo muy significativo de las posibilidades del grabado científico lo constituye la obra Uranografía o Descripción del cielo del jurista, astrónomo y botánico José Garriga, salida de las prensas de la Imprenta Real en 1793 e ilustrada con tres excepcionales mapas celestes.
El nacimiento de la Imprenta Real y de la Real Calcografía en la segunda mitad del siglo XVIII fue consecuencia del proceso de transformación política, social y cultural impulsado por la minoría ilustrada para propiciar una elevación del nivel cultural en el país. El medio del que se sirvió la Ilustración para hacer extensivo el dominio de la razón, divulgar los conocimientos científicos e imponer el buen gusto no fue la palabra oral, sino la imagen y el texto impresos. Desde mediados del siglo XVIII quienes apostaban por la reforma fueron conscientes de que la transformación de una sociedad y de un sistema de valores altamente sacralizados en un nuevo modelo dominado por la secularización del pensamiento, pasaba por un proceso de culturización dirigido a provocar el necesario relevo de mentalidades.
El arte gráfico alcanzó en el siglo XVIII el nivel de eficiencia que la ideología ilustrada exigía a la cultura. Una función implícita en las palabras de Jovellanos, quien al ser consultado por Godoy en 1797 sobre las reformas que debía fomentar en la nación, escribió en sus Diarios: “Que la instruya y la hará feliz”.
¿Por qué cambiaron las demandas visuales exigidas a la imagen múltiple?, ¿cuáles fueron los principales catálogos estelares y mapas terrestres producidos desde el Renacimiento?, ¿de qué modo funcionaron los mecanismos de uso del grabado en la Edad Moderna?, ¿cómo se graba a buril?, ¿cómo se estampa una matriz calcográfica? Sobre estas preguntas gravita el encuentro entre el astrofísico David Barrado y el historiador del arte gráfico Javier Blas, tomando como referencia ejemplos visuales del campo de la estampa… para terminar reflexionando sobre lo sugerente que sigue siendo la Astronomía como motivo artístico.
Sus intereses como investigador se centran en el estudio de las propiedades de las estrellas de los cúmulos abiertos, así como en la búsqueda y caracterización de objetos subestelares y exoplanetas. Todo este esfuerzo observacional ha producido más de doscientos artículos en revistas internacionales con árbitro, con un factor de impacto H=54. Compagina su labor como astrofísico con investigaciones en el área de la historia de la ciencia, la literatura y una intensa actividad como divulgador.
Experto en grabado, fue comisionado por el Ministerio de Cultura para la normalización del vocabulario técnico del arte gráfico en la catalogación de las colecciones de los museos estatales. Jurado de premios nacionales e internacionales de arte gráfico, ha impartido numerosos cursos y conferencias, y comisariado más de treinta exposiciones en torno a la imagen histórica y contemporánea. Es autor de un centenar de publicaciones sobre grabado y técnicas afines.
Información
- Sala Guitarte
- Viernes 8 de febrero de 2019
- 12:00 horas
- Entrada libre y gratuita hasta completar aforo