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Fondo documental para el estudio y protección de los faros históricos de España

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando lidera el Proyecto de Investigación de ámbito nacional denominado “Fondo documental para el estudio y protección de los faros históricos de España”, en adelante Faros Históricos de España, cuya duración abarca los años 2025, 2026 y 2027. Está previsto que durante la primera anualidad se elabore una “fase previa” para a continuación completar un amplio y detallado fondo documental de nuestros faros históricos en activo. Son infraestructuras que han formado y forman parte de la historia de España en su relación con la mar. A pesar de que por razones obvias son objeto de visita del público en general, se desconocen sus avatares históricos, su funcionamiento y cómo, por qué y quién los puso allí. En la actualidad existe un debate acerca de las posibilidades de preservar nuestros faros históricos, una vez que los avances tecnológicos permiten su funcionamiento sin una atención presencial. La documentación histórica se antoja imprescindible para acometer cualquier acción de conservación. Los trabajos previstos contemplan concluir con propuestas concretas de catalogación.  

Faros Históricos de España es fruto del convenio de colaboración suscrito al efecto durante el año 2025, entre la Academia y la Fundación ACS entidad que aporta la financiación económica necesaria. El equipo de investigación está compuesto D. Santiago Sánchez Beitia, académico correspondiente, como Investigador Principal, y por personal técnico del departamento informático de la Academia al que se irán incorporando otros colaboradores.

El fondo documental tendrá formato digital siendo consultable mediante acceso libre y gratuito desde la página web de la Academia. La organización y estructura de los documentos históricos será similar a la de otros trabajos anteriores realizados con parecido alcance (p.e. Atlas de Arquitectura Almohade-ATARAL).

España y la Mar forman un binomio inseparable cuando se describe nuestra Historia. Faros Históricos de España trata de poner en valor y proteger los Faros con valor patrimonial de nuestras costas, como parte integrante del binomio. En la actualidad existen aproximadamente 200 faros en activo de los que 120 pueden poseer algún valor patrimonial/histórico, formando parte de nuestra historia del siglo XIX y principios del XX. Esta última afirmación puede ser incierta si prestamos atención a que una parte importante de ellos comparten ubicación con unas preexistencias, cuyo origen se remonta al siglo XVI, consistentes en torres de vigía y señalización o en atalayas de uso diverso. Mención especial debe hacerse sobre la Torre de Hércules y el Faro de Porto Pí. Los faros forman parte de la memoria histórica de los lugares de ubicación mediante la influencia en la seguridad de sus navegantes, en la economía y en la creación de profesiones de alta cualificación y dedicación. Incluyen una tecnología y unos sistemas constructivos puestos a punto a caballo de entre los siglos XVIII y XIX en los países europeos más avanzados, época de su Revolución Industrial, que a mediados del XIX se implementan en nuestro país coincidiendo con un incipiente proceso de modernización.

Los faros en activo de las costas españolas forman parte a su vez de la red internacional de faros establecida por organismos supranacionales (International Association of Marine Aids to Navigation and Lighthouse Authorities‐IALA/AISM). En consecuencia, son propiedad del Estado, no cabe desafectación, siendo gestionados por las Autoridades Portuarias por delegación del organismo Puertos del Estado perteneciente al actual Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Los faros son elementos insustituibles para la ayuda a la navegación marítima coexistiendo con los avances tecnológicos del siglo XXI.

Habitualmente un faro se asocia a una luz que se aprecia en la noche a intervalos regulares emitida desde la cúspide de una torre, dando a entender que el rol del faro es únicamente producir luz con tres objetivos principales: señalizar accidentes orográficos de costa, dirigir entrada a puerto y ayudar al navegante en ruta. Esto es reducir sus valores. El faro emite señales acústicas aéreas o subacuáticas (campanas de martillo), ubicadas a veces en pequeñas edificaciones anexas, para ser reconocido en períodos de niebla (dispositivos denominados “señales de niebla”), incluye dispositivos de emisión de ondas de radio con un alcance de hasta 200 millas náuticas (“radiofaro”) que en algunos casos, junto con el acristalamiento de la cúpula sobre la óptica, sirve de ayuda a la navegación aérea (“aerofaro”), acoge dispositivos electromagnéticos de moderna señalización y ha servido como hito en el avistamiento de bancos de pesca, en el aviso de naufragios, en labores de detección de contrabando e incluso, en algunos lugares, en labores defensivas (El reglamento de fareros/torreros de 1851 permitía disponer de una carabina corta para 20 disparos).

Todo ello en activo las 24 horas del día debido a la presencia de los fareros o torreros, auténticos artífices de que todo funcionara correctamente y que obligatoriamente debían residir con sus familias en el edificio de viviendas anexo a la torre. Estos profesionales debían cumplimentar diariamente, por Normativa, cuatro libros (su denominación puede no ser exacta): el Libro de Órdenes, el Libro de Servicio, un pequeño parte meteorológico y el Libro de Inventario. La profesión de farero o torrero se crea específicamente mediante Real Orden de Mayo de 1851, por lo que puede ser considerada como una profesión generada en el período de la Revolución Industrial española; hoy en día, desde 1992, esta profesión posee otras cualificaciones profesionales bajo la denominación de Técnico de Señalización Marítima.

La maquinaria necesaria para el cumplimiento de las funciones del faro y la presencia de los fareros/torreros se encuentran integrados en una construcción que incluye una torre, dependencias residenciales, espacios de gestión o de administración, talleres y otras edificaciones anexas menores. Se trata de una hazaña constructiva que da lugar en muchas ocasiones a una arquitectura de elevado porte y valores apreciables.

La documentación histórica generada a lo largo de la existencia de un faro constituye una fuente de información imprescindible. Los planos originales y de las alteraciones realizadas en lo edificado, las Memorias elaboradas para la introducción de nuevos, o modificados, elementos de señalización (ópticas y mecanismos de giro) y otra documentación histórica relacionada (importancia económica, naufragios, etc …), permiten identificar la secuencia temporal del estado del faro desde su origen hasta lo que observamos hoy en día.

El faro debe ser analizado desde tres ejes o puntos de vista: la construcción/arquitectura y su evolución, la tecnología implementada y su evolución y, no menos importante, la profesión de torrero/farero y su implicación en la “vida” de la señalización. Son conceptos inseparables; no se describe correctamente un faro obviando alguno de estos tres ejes. Sin lo edificado el Faro no existe, sin la tecnología el conjunto edificado del Faro derivará inexorablemente, antes o después, en una ruina y sin la documentación histórica se desconocerán o se perderán las razones de su existencia y evolución.

Un faro debería ser considerado como una fábrica de señalización donde la fábrica de señales, la vivienda del trabajador (el farero o torrero) y el propio trabajador comparten el mismo lugar, conviven. Si ese faro tuviera valores patrimoniales o históricos habría que considerarlo como Bien Industrial, figura testimonial sin alcance normativo, según el texto del Plan Nacional para el Patrimonio Industrial elaborado por el Instituto del Patrimonio Cultural de España‐ Ministerio de Cultura y Deporte. Esta apreciación puede ser corroborada en la Carta de Nizhny Tagil (ICOMOS‐UNESCO, Moscú, 2003) incluida en dicho Plan Nacional para el Patrimonio Industrial. Leyendo la Carta de Nizhny Tagil da la sensación de que el equipo redactor pensaba en faros. 

El objetivo principal de Faros Históricos de España es la recopilación y ordenación de la información existente sobre este patrimonio singular que permita garantizar su conservación,  difusión y memoria histórica. A la finalización del proyecto se propondrán acciones necesarias para garantizar la conservación material de los faros históricos de España. Las actuaciones previstas en Faros Históricos de España tienen dos antecedentes.En el “Catálogo de Faros con valor patrimonial” elaborado en el año 2017 por encargo del IPCE, dentro de las Actuaciones del Plan Nacional de Patrimonio Industrial, se identificaron 134 faros de las costas españolas que a juicio de su autor poseían esa condición. Descartando aquellos que figurando en el Catálogo se encuentran en la actualidad fuera de servicio (14), sería un conjunto de 120 faros de los que 9 (nueve) de ellos poseen la cualidad de Bien de Interés Cultural (BIC). En el año 2020, con datos aportados por el organismo Puertos del Estado, el mismo autor elaboró la web “www.faros-historicos-de-espana.es”  que será íntegramente sustituida por la herramienta informática prevista en el proyecto. Dependiendo de la documentación histórica existente se añadirán datos de otros faros desaparecidos pero de gran valor histórico (p.e. faros metálicos del Mediterráneo) y de un conjunto de faros de las posesiones de ultramar del siglo XIX.    

La gestión y publicación de la documentación se realizará utilizando una plataforma similar a la desarrollada por la Academia para otros casos similares que permite la integración de distintos tipos de información como planimetrías, textos, bibliografía, videos, y otro tipo de documentos junto con la geolocalización de los distintos elementos.

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