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El Madrid de Amalia Avia, de Falla y Bretón

El Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando expone una selección de óleos de Amalia Avia, con motivo de la representación de las zarzuelas “Los amores de la Inés” y “La verbena de la Paloma” en el Teatro de la Zarzuela.

El Teatro de la Zarzuela ha escogido para el inicio de su temporada lírica “Los amores de la Inés”, una obra de juventud de Manuel de Falla, y la popular “La verbena de la Paloma”, de Tomás Bretón. La escenografía, por decisión del director de escena José Carlos Plaza, se inspirará en la pintura de Amalia Avia. Los temas urbanos de esta pintora realista, sus fachadas deterioradas por el paso del tiempo, sus comercios y tabernas, vestirán el Madrid de finales del siglo XIX en el que se ambientan las zarzuelas. Frente al aire burlesco y jovial de ambas piezas teatrales, los temas de Amalia Avia introducen un contrapunto muy sugerente, quizá grave y dramático, un baño de realidad.

Coincidiendo con las representaciones, el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando presenta una selección de siete obras de la pintora, temas típicamente madrileños escogidos entre lo mejor de su producción, así como algunas imágenes de la escenografía creada por José Carlos Plaza.
Amalia Avia (1930, Santa Cruz de la Zarza, Toledo – 2011, Madrid) fue una de las grandes cronistas del Madrid de los años 70, 80 y 90. Perteneció al fecundo grupo del “realismo madrileño”, en el que se incluyen artistas referenciales como Antonio López, Julio López Hernández, María Moreno, Isabel Quintanilla o Francisco López Hernández, a todos los cuales conoció precisamente en el entorno de la Academia de Bellas Artes, lugar en el que, sin embargo, ella no cursó estudios.

Sin mucha presencia del color, Amalia Avia elaboró la crónica en gris de una ciudad que adoraba y que se estaba perdiendo, rincones que aún permanecían allí pero en los que sólo ella parecía fijarse. De su pintura, inicialmente más social, fueron progresivamente desapareciendo las figuras humanas. Camilo José Cela la denominó “pintora de las ausencias”, la amarga cronista del “por aquí pasó la vida”, y Francisco Nieva habló de una melancolía barojiana refiriéndose a su pintura.
Nace en 1930 en Santa Cruz de la Zarza, provincia de Toledo. Vive entre su localidad natal y Madrid una infancia marcada por la guerra y la posguerra.
Su carrera como pintora empieza en la década de 1950 en el estudio de Eduardo Peña en Madrid. En esos años empieza a conocer a muchos de sus amigos y posteriores compañeros de generación: Esperanza Parada, Antonio López, Julio López Hernández y, sobre todo, Lucio Muñoz, con quien se casa en 1960.
Su primera exposición tiene lugar en 1959 en la galería Fernando Fe de Madrid. A partir de 1964 expone en las legendarias galerías Juana Mordó y Biosca. Desde 1993 la galería Juan Gris se convierte en la sede fundamental de sus exposiciones en la capital.

Participa en numerosas muestras en torno al realismo español por todo el mundo y, en concreto, sobre el grupo de realistas de Madrid. En 1992 se organiza una gran exposición en la madrileña Casa de las Alhajas que, con el título “Otra Realidad: compañeros en Madrid”, recoge obra de aquella generación de artistas surgida en torno a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en la que también están representados pintores abstractos como Lucio Muñoz, Joaquín Ramo o Enrique Gran.

La gran exposición antológica sobre su obra la realiza en 1997 el Ayuntamiento de Madrid en el Centro Cultural de la Villa. Con motivo de esa muestra se le concede la Medalla del Mérito Artístico.

En 2004 publica sus memorias, “De puertas adentro”, aplaudidas por la naturalidad de su escritura y por el relato de una vida llena de contrastes, con una infancia y primera juventud marcadas por la tragedia de la guerra, y una segunda etapa luminosa y feliz en el entorno del mundo del arte.

Su pintura realista, nunca hiperrealista, afronta temas preferentemente urbanos, sobre todo de Madrid, ciudad desde siempre adorada por la artista. Son calles, fachadas, comercios, garajes: lugares en general desgastados por el tiempo, en ocasiones viejos y desconchados, donde la pintora coloca su particular mirada. Aunque menos frecuente, también hay que sumar su pintura de interiores y una larga trayectoria como grabadora.

Sobre su obra han escrito, entre otros muchos autores, Camilo José Cela, Francisco Umbral, Francisco Nieva, Francisco Calvo Serraller o Juan Manuel Bonet.

Lugar

  • Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
  • Sala nº 30, 2ª planta

Horario

  • Martes a domingos y festivos, de 10 a 15 horas.
  • Lunes cerrado

Organizadores

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