Academia

V Premio ‘Rafael Manzano’ de Nueva Arquitectura Tradicional

18 de octubre de 2016

El Premio ‘Rafael Manzano’ de Nueva Arquitectura Tradicional, convocado por la Richard H. Driehaus Charitable Trust y la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos), tiene como fin difundir el valor de la arquitectura clásica y tradicional como referente de probada validez para la arquitectura de nuestro tiempo, tanto en la restauración de monumentos y conjuntos urbanos de valor histórico-artístico como en la realización de obras de nueva planta que, basadas en las tradiciones locales, sean capaces de integrarse armónicamente en dichos conjuntos.

Este premio, a diferencia de muchos otros, no tiene por fin honrar a los arquitectos cuyas obras representen mejor las últimas tendencias arquitectónicas, ni aquellos cuyas intervenciones supongan transformaciones del patrimonio, sino, por el contrario, a quienes a lo largo de su carrera profesional hayan contribuido con su obra a la conservación, continuación y adaptación a las necesidades contemporáneas de las tradiciones constructivas, arquitectónicas y urbanas propias de aquellos lugares en los que hayan intervenido.

Se trata, por tanto, de profesionales que, lejos de buscar notoriedad y novedad con sus actuaciones, desempeñan una importante labor que, sin embargo, pasa con frecuencia desapercibida, dada su manifiesta continuidad con el pasado, resultando a menudo poco reconocida.

La institución de este premio tiene por fin revertir esta situación, honrando a quienes vienen desempeñando esta labor y contribuyendo con ello a promover una mejor conservación del patrimonio arquitectónico y paisajístico español, cuya particular identidad tradicional se halla hoy, ante el avance de la globalización, más que nunca amenazada.

El premio toma su nombre del arquitecto Rafael Manzano Martos, quien ha dedicado su vida profesional a la preservación del patrimonio arquitectónico y urbano español a través, tanto de la restauración, como del diseño de nuevas arquitecturas basadas en ese patrimonio, lo que le valió ganar en el año 2010 el premio internacional Richard H. Driehaus, siendo con ello el primer y, por el momento, único español en haber recibido este galardón.

El Premio ‘Rafael Manzano’, gracias a la generosidad del empresario americano Richard H. Driehaus, está dotado con 50.000 euros y una medalla conmemorativa y se entregó por vez primera el 16 de octubre de 2012 en un acto solemne celebrado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

En la primera edición el Jurado decidió otorgar este Premio al arquitecto Leopoldo Gil Cornet por las obras de restauración de la Real Colegiata de Roncesvalles (Navarra), que se desarrollaron entre 1982 y 2012. En estas obras, durante sus casi treinta años de intervenciones, el premiado fue enfrentando y resolviendo con éxito una muy variada problemática, devolviendo con ello al conjunto y al lugar buena parte de la vitalidad perdida y contribuyendo también al desarrollo sostenible de la región mediante una importante labor social.

En el año 2013 el II Premio ‘Rafael Manzano’ de Nueva Arquitectura Tradicional fue otorgado a Ignacio de Medina y Fernández de Córdoba, duque de Segorbe, y al arquitecto Luis Fernando Gómez-Stern por sus obras de restauración en el amplio conjunto de arquitectura doméstica hoy conocido como Casas de la Judería de Sevilla. Por iniciativa particular de Ignacio de Medina fueron adquiriéndose y rehabilitándose progresivamente cuantas casas fue posible salvar de un barrio previamente muy degradado y abandonado a su suerte por las administraciones competentes. Casas nobles y populares se restauraron con idéntico rigor, estudiándose y recuperándose sus formas y acabados tradicionales. Con ello, se revitalizó y se devolvió la primitiva belleza a un característico barrio del centro histórico sevillano, fundamental para comprender la verdadera identidad de esta ciudad.

El Premio ‘Rafael Manzano’ 2014 recayó en los arquitectos bilbaínos Javier Cenicacelaya e Íñigo Saloña en reconocimiento a sus trabajos tanto de obra nueva como de rehabilitación, siempre respetuosos con el paisaje local y las tradiciones arquitectónicas de los lugares en los que se asientan, y a su defensa durante décadas de las arquitecturas clásicas y vernáculas a través de múltiples conferencias, exposiciones y publicaciones.

En el año 2015 el ganador fue Donald Gray, quien ha trabajado durante décadas en mantener vivas las tradiciones arquitectónicas y constructivas de diversas regiones andaluzas, destacando sus trabajos en la Costa del Sol, conjuntos urbanos completos que se erigen hoy en día como modelos de un desarrollo urbano más racional, bello y sostenible que el que se ha extendido por las costas españolas. Ha estado también al frente de diversas escuelas de oficios artesanales, destacando entre ellas la experiencia de Lebrija en la década de 1980, donde se formaron numerosos carpinteros, albañiles, herreros, jardineros, ceramistas… y, en los últimos años, sus múltiples obras tanto de restauración como de nueva planta en La Alpujarra granadina.

En 2016, el quinto Premio ‘Rafael Manzano’ de Nueva Arquitectura Tradicional ha sido concedido a Enrique Nuere, quien no sólo ha destacado por su magnífica labor restaurando artesonados tradicionales y diseñando otros nuevos, sino que ha sido posible, gracias a él, recuperar los conocimientos de un oficio cuyos pormenores, codificados antes de ser olvidados, nadie había podido aún desentrañar, así como revitalizarlo tanto desde la docencia y la investigación como desde la propia práctica profesional. Hoy son numerosos los estudiosos y artesanos que se ocupan de esta técnica tradicional siguiendo el camino redescubierto y activamente difundido por Nuere.

 

Enrique Nuere Matauco nació en Valencia en 1938. Es arquitecto por la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid desde 1962 y doctor en Arquitectura desde 1967. Es académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), académico correspondiente de la Academia de San Telmo (Málaga), académico correspondiente de la Real Academia de San Miguel Arcángel (Santa Cruz de Tenerife), miembro de la Academia del Partal, asociación libre de profesionales de la restauración monumental y vocal del Patronato de la Alhambra y Generalife (1986-1995).

Con independencia de la actividad habitual del ejercicio libre de la profesión, a partir de la investigación en 1980 sobre el manuscrito de La carpintería de lo blanco, de Diego López de Arenas, inicia su actividad restauradora del patrimonio arquitectónico monumental. Desde la década de 1980 dedica mayoritariamente su actividad a la restauración monumental y a la docencia, con una especial dedicación a la carpintería histórica. Sus trabajos e investigaciones han permitido recuperar el saber sobre este tema, que se había perdido desde el siglo XVIII. Con el fin de difundir sus hallazgos y de evitar que estos conocimientos vuelvan a caer en el olvido, se ha dedicado muy activamente a la enseñanza del oficio, formando a toda una nueva generación de carpinteros de lo blanco, y ha escrito numerosos libros y artículos en los que desentraña sus principios. Entre estas publicaciones destacan: La carpintería de lo blanco. Lectura dibujada del primer manuscrito de López de Arenas (1985), La carpintería de armar española (1989, con una segunda edición revisada y ampliada en 2000), La carpintería de lazo. Lectura dibujada del manuscrito de fray Andrés de San Miguel (1990) y Nuevo tratado de la carpintería de lo blanco, con la verdadera historia de Enrique Garavato, carpintero de lo blanco y maestro del oficio (2001).

Entre sus trabajos de restauración, aparte de las numerosas armaduras en iglesias y conventos por toda España, cabe destacar los siguientes: las diecisiete armaduras recuperadas para el Museo Nacional de Arte Hispanomusulmán de la Alhambra, la armadura del Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, las seis del Palacio Ducal de Pastrana, las catorce del Palacio de Miguel de Mañara en Sevilla, las treinta y cuatro del Palacio Buenavista de Málaga (convertido en Museo Picasso) o las seis del Palacio Villalón de Málaga (convertido en Museo Thyssen).

También ha realizado una importante labor diseñando y construyendo nuevas estructuras de madera tanto en edificios de nueva planta como en edificios históricos. Buenos ejemplos de ello son las armaduras de las galerías del patio del Alcázar de Toledo, la recuperación del chapitel de iglesia de La Solana o el desmontaje, traslado e instalación posterior en el Museo del Prado de Madrid, del artesonado del coro de la iglesia de Valencia de Don Juan.

Su trayectoria le ha valido, además de ser galardonado con el Premio ‘Rafael Manzano’ 2016, la obtención de un buen número de reconocimientos entre los que pueden destacarse: Premio de Investigación del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (1980), Premio Nacional de Artesanía y Premio Marqués de Lozoya (1981), Premio Europa Nostra por la intervención en el convento de Santa Clara de Salamanca (1988), Premio de Investigación del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (1990), Premio Europa Nostra por la participación en la restauración del Paraninfo de la Universidad de Alcalá (1995), Premio Internacional de Investigación García Diego (2001), Premio de la Fundación Juanelo Turriano (2006) y Premio CICOP (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio) en su modalidad “Patrimonio Arquitectónico” (2006).

Arquitecto por la Escuela de Madrid, Rafael Manzano nació en Cádiz el 6 de noviembre de 1936. Desde muy niño se dedicó al estudio de la arquitectura de Jerez, Cádiz y los Puertos. Allí fue discípulo del arqueólogo Manuel Esteve Guerrero. En Madrid pudo tratar a los grandes historiadores y arquitectos del momento: Gómez Moreno, Torres Balbás, Íñiguez Almech, Angulo Íñiguez y otros. Se especializó en restauración del patrimonio artístico, y muy especialmente en la época romana y la Edad Media, tanto islámica como cristiana.

Catedrático de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, Director de los Reales Alcázares, Patrono de la Alhambra de Granada y restaurador de las ruinas de la ciudad califal de Medina Azahara (Córdoba).

Para la ciudad de Sevilla llevó a cabo diversos trabajos de restauración y consolidación de monumentos, entre ellos, los realizados para la catedral, las iglesias de San Marcos, Santa Marina y Omnium Sanctorum, el Palacio de las Dueñas o el Museo de Arte Contemporáneo.

Rafael Manzano fue ganador de la VIII edición del Premio Richard H. Driehaus de Arquitectura Clásica, concedido en los Estados Unidos en el año 2010. Este premio está considerado como uno de los reconocimientos más importantes del mundo a una trayectoria profesional vinculada a la arquitectura clásica y la restauración.
 

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