Academia

VI Premio ‘Rafael Manzano’ de Nueva Arquitectura Tradicional

6 de noviembre de 2017

El Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional tiene como fin difundir el valor de la arquitectura tradicional como referente para la arquitectura de nuestro tiempo en el ámbito territorial de España y Portugal, tanto en la restauración de monumentos y conjuntos urbanos de valor histórico-artístico como en la realización de obras de nueva planta que, basadas en las tradiciones locales, sean capaces de integrarse armónicamente en dichos conjuntos.

Este galardón se concedió por primera vez en octubre de 2012. Desde entonces, se otorga anualmente a arquitectos en activo en España. En 2017, gracias a la colaboración de la Fundaçao Serra Henriques y la Ordem dos Arquitectos, y con el Alto Patrocinio de su Excelencia el Presidente de la República de Portugal, el premio se extendió también a Portugal, otorgándose a arquitectos que ejercen la profesión en cualquiera de los dos países.

Está organizado por INTBAU (International Network of Traditional Building Architecture and Urbanism), gracias al generoso apoyo del Richard H. Driehaus Charitable Trust, mediante una donación del Chicago Community Trust, y cuenta con la colaboración de la Fundação Serra Henriques, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Ordem dos Arquitectos.

Este premio, a diferencia de muchos otros, no tiene por fin honrar a los arquitectos cuyas obras representen mejor las últimas tendencias arquitectónicas, ni aquellos cuyas intervenciones supongan vanguardistas transformaciones de nuestro patrimonio, sino, por el contrario, a quienes a lo largo de su carrera profesional hayan contribuido con su obra a la conservación, continuación y adaptación a las necesidades contemporáneas de las tradiciones constructivas, arquitectónicas y urbanas propias de aquellos lugares en los que hayan intervenido.

Se trata, por tanto, de profesionales que, lejos de buscar notoriedad y novedad con sus actuaciones, desempeñan una importante labor que, sin embargo, pasa con frecuencia desapercibida, dada su manifiesta continuidad con el pasado, resultando a menudo poco reconocida. Se honra así a quienes vienen desempeñando esta labor, contribuyendo con ello a promover una mejor conservación de nuestro patrimonio arquitectónico y paisajístico.

El sexto Premio Rafael Manzano ha sido otorgado al arquitecto portugués José Baganha. Su trayectoria es muestra de una firme voluntad de preservar y dar continuidad a las tradiciones arquitectónicas de las regiones en las que ha trabajado, así como de actualizarlas, buscando siempre adecuarlas a los requerimientos de nuestro tiempo. El conjunto de su obra es un modelo de atención y respeto por su contexto, sea éste de carácter más urbano y clásico o más rural y vernáculo. En este sentido, deben destacarse sus estudios sobre la arquitectura tradicional de la región del Alentejo, que han fundamentado sus múltiples proyectos construidos en esta zona, tan contemporáneos como respetuosos con la identidad y la cultura locales.

 

José Baganha nació en Coimbra en 1960. Estudió Arquitectura en la Universidade do Porto y en la Universidade Técnica de Lisboa y es Doctor por la Universidad del País Vasco. En 2001 fundó su propio estudio, trabajando desde entonces en proyectos residenciales, hoteleros, comerciales, de equipamientos y urbanos en los que destaca su cuidado por la adaptación al contexto, su respeto por las construcciones preexistentes y su voluntad de humanizar y embellecer los lugares en los que se ubican. Ha sido profesor en la Facultad de Arquitectura de la Universidade Católica de Viseu y conferenciante invitado en diversas universidades europeas. Fundó INTBAU Portugal, fue co-fundador del Council for European Urbanism y es coordinador del área de Patrimonio en la Ordem dos Arquitectos. Además del Premio Rafael Manzano 2017, las mencionadas cualidades de su obra le han valido otros reconocimientos internacionales, tales como el Prix Européen pour la Reconstruction de la Ville 2011, otorgado por la Fundación Philippe Rotthier.

Entre sus primeras obras destacan la Casa nas Sesmarias (Salvaterra de Magos, 1992), a medio camino entre los palacios y las casas de campo ribatejanos; la Casa da Quinta da Pedra Taboleira (Viseu, 1999), que diseñó para su padre en un enclave natural rodeado de viñedos, afrontando el difícil reto de reconfigurar y embellecer un inacabado y mal construido edificio preexistente; y la Farmacia Grincho (Parede), edificando un volumen que completaba la composición del nunca terminado edificio adyacente.

La voluntad de realizar sus diseños desde la base del lugar, con su paisaje, su memoria y su identidad, incorporando a los mismos las construcciones previas, desarrollándose con ellas o a partir de ellas, transformándolas y enriqueciéndolas, seguiría presente en toda su obra. Este mismo método de respeto por lo precedente, de rediseñar el lugar sin traumáticas transformaciones, en continuidad con él, puede apreciarse incluso en sus obras de mayor escala y de carácter más urbano, tales como la Casa do Médico de S. Rafael (Sines, 2005-2006), edificio concebido al mismo tiempo como residencia para médicos retirados y como espacio para diversos eventos organizados por el Colegio de Médicos de Portugal, en el cual rescató de la ruina un antiguo edificio del siglo XVIII que había sido sentenciado a ser demolido, reconstruyéndolo y convirtiéndolo en el corazón del nuevo conjunto, conectado a través de un pasaje elevado con una nueva pieza en la que dispuso la residencia propiamente dicha. Una operación de este tipo puede verse en su complejo residencial As Janelas Verdes (Lisboa, 2005-2006), en el que trató la manzana a edificar no como un único bloque, sino como una secuencia de edificios contiguos, cada uno con su propio carácter, que utiliza para pasar de la escala más urbana y el lenguaje más clásico de la calle principal a la que se abre la manzana a la dimensión más doméstica del barrio que se extiende a partir de ella y del que toma el lenguaje y las soluciones constructivas utilizadas. Integró en este conjunto la fachada principal del más notable de los edificios que existían en el solar, y, al tener que ampliarlo en altura, determinó hacerlo con un ático amansardado que no distorsionara su escala y composición originales.

Es, en todo caso, en la continuación de las tradiciones vernáculas de la región del Alentejo en lo que la maestría de José Baganha se ha desplegado de forma más destacada. Muestra de ello son la serie de “montes” (término con el que se denomina a este tipo de casa de campo alentejana) que ha ido realizando en los últimos años, tales como Monte do Carujo (Alvito, 2001), Monte da Heredade do Rego (Vila Boim, 2003), Monte da Quinta (Terena, 2007-2009) y Monte do Prates (Montemor-o-Novo, 2007-2009), o el restaurante que está actualmente en fase de construcción en Terena. Queda reflejado en ellos su continuado estudio exhaustivo de los diversos aspectos de la tradición arquitectónica de la región, así como de sus variaciones dentro de este amplio territorio: su estructura urbana y paisajística, sus formas clásicas y vernáculas, su procedencia, evolución y consolidación, su relación con el entorno, los oficios, sistemas constructivos y materiales locales o los diferentes tipos edificatorios. En algunos de estos proyectos, como en Monte do Carujo, Monte da Quinta o Monte da Heredade do Rego, vuelve a integrar en su obra ruinas y construcciones preexistentes, desde las que se desarrollan los nuevos volúmenes, enriqueciendo y actualizando el lenguaje local, recurriendo siempre que le es posible a sus materiales y soluciones características, como las prominentes chimeneas, los refulgentes encalados, las bóvedas de ladrillo, las estructuras de madera o los muros de tierra, y generando todo un nuevo paisaje en el que no menos importantes resultan el romero, la lavanda, el tomillo, los olivos o los viñedos propios de la zona.

Arquitecto por la Escuela de Madrid, Rafael Manzano nació en Cádiz el 6 de noviembre de 1936. Desde muy niño se dedicó al estudio de la arquitectura de Jerez, Cádiz y los Puertos. Allí fue discípulo del arqueólogo Manuel Esteve Guerrero. En Madrid pudo tratar a los grandes historiadores y arquitectos del momento: Gómez Moreno, Torres Balbás, Íñiguez Almech, Angulo Íñiguez y otros. Se especializó en restauración del patrimonio artístico, y muy especialmente en la época romana y la Edad Media, tanto islámica como cristiana. 

Catedrático de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, Director de los Reales Alcázares, Patrono de la Alhambra de Granada y restaurador de las ruinas de la ciudad califal de Medina Azahara (Córdoba).


Para la ciudad de Sevilla llevó a cabo diversos trabajos de restauración y consolidación de monumentos, entre ellos, los realizados para la catedral, las iglesias de San Marcos, Santa Marina Omnium Sanctorum, el Palacio de las Dueñas o el Museo de Arte Contemporáneo.


Rafael Manzano fue ganador de la VIII edición del Premio Richard H. Driehaus de Arquitectura Clásica, concedido en los Estados Unidos en el año 2010. Este premio está considerado como uno de los reconocimientos más importantes del mundo a una trayectoria profesional vinculada a la arquitectura clásica y la restauración.

 

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